El Comité Ejecutivo y
el Directorio del Consejo Nacional del Comercio y los Servicios (Consecomercio)
han estado recibiendo demandas instituciones de sus organismos afiliados y de
Asociaciones Mixtas de Comercio y Producción de todo el país “con carácter de
urgencia”, para que le soliciten al Gobierno Nacional la inmediata definición
de un Plan de Racionamiento Eléctrico.
Los comerciantes
organizados en instituciones gremiales consideran que “no se puede trabajar,
sin que prive permanentemente el temor a perder las pocas mercancías disponibles
y equipos que dependen de un inexistente servicio eléctrico de calidad”. Y que
“la espontaneidad de los apagones con la que hemos tenido que convivir en
muchas regiones desde hace ya más de dos años, ha sido exageradamente costosa
y, en muchos casos, ha provocado el cierre de pequeños comercios, la desaparición
de fuentes de trabajo y desatención a miles de consumidores”.
De igual manera, a
Consecomercio se le ha transmitido que un Plan de Racionamiento “preciso y
confiable”, además, hará posible que los productores del campo que no disponen
de equipos de autogeneración eléctrica, también sabrán a qué atenerse.
Asimismo, las pequeñas
y medianas industrias que no pueden financiar equipamientos en los términos que
se está planteando por los problemas con el Guri, “puedan programar con
nosotros la entrega de productos en las cantidades apropiadas para que nuestros
negocios no los pierdan, y los consumidores también sepan a dónde acudir y
cuándo hacerlo”.
La difícil situación
eléctrica que afecta al país, estima Consecomercio, no es un tema que sólo
puede administrarse mediante la imposición de horarios de uso restringido del
servicio, a las redes de centros
comerciales del país.
También hay que tomar
en consideración, inclusive, en qué se traducen dichas decisiones en la salud
financiera de cada uno de los establecimientos que funcionan en esas
instalaciones. De igual manera, en cada uno de los comercios y empresas
dispensadoras de servicio que operan en los más lejanos rincones del país,
muchas de las cuales, por cierto, sobreviven entre la escasez de productos, la
sistemática arremetida del hamponato organizado, la voracidad fiscal de muchas
alcaldías, y, más recientemente, la violencia dirigida de individualidades
infiltradas en colas de consumidores, en contra de establecimientos y del
personal.
Los 30 días vencidos.-
A la par del tema
eléctrico, Consecomercio también ha recibido de parte de Cámaras afiliadas que
representan a empresas importadoras, su observación sobre el “vencimiento” el 10
de abril, del plazo de los treinta días que describió el Poder Ejecutivo a
comienzos de marzo pasado como tiempo necesario para implementar su nuevo
sistema cambiario, sin que se sepa a ciencia cierta en qué se traducirá
finalmente dicho mecanismo.
Para dichas empresas,
muchas de las cuales viven un proceso de descapitalización que las coloca al
borde de su cierre definitivo, al tener que funcionar entre controles,
inflación, discrecionalidades administrativas en materia de precios,
tributaciones parafiscales, este tipo de procedimiento sólo se traduce en más
incertidumbre, escasez y, por supuesto, desconfianza extrema entre fabricantes
y exportadores internacionales.
El Consejo Nacional del
Comercio y los Servicios recuerda que el alto riesgo país que hoy norma las
relaciones comerciales de Venezuela con el resto del mundo, no es un capricho
de los mercados internacionales. Es el costo que pagan la nación y sus
ciudadanos, en vista de que, internamente, la economía venezolana se ha
dirigido de espalda a la importancia de la confianza, y de la seriedad con la
que esa confianza se construye y se debe mantener.
“Comprometidos…más allá de las dificultades”.-
A los largo de su casi
medio siglo de actividades institucionales, Consecomercio no había celebrado una
Asamblea Anual en un momento histórico cuando se combinan crisis de la magnitud
y gravedad de las actuales: económica, social, política y ética. Pero, además,
cuando precisamente se le trata de atribuir a la empresa privada y a los
emprendedores, la responsabilidad rectora de improductividad, escasez, inflación
e insatisfacción entre los consumidores de necesidades de bienes y servicios de
calidad.
Es por eso por lo que
su XLVI máximo encuentro nacional de este año, que celebrará los días 28 y 29
de abril en el hotel Hesperia de Valencia, lo desarrollará con base en un lema
propuesto y construido por un debate interno entre los organismos gremiales
afiliados: “Comprometidos…más allá de las
dificultades”.
Porque esa, a juicio de
las autoridades del máximo organismo gremial de los comerciantes y expendedores
de servicios organizados del país, es “la
expresión más sincera con la que se le puede responder a un país y a una
población de 30 millones de consumidores que necesitan de todo. Y que, por
sobre los impedimentos y dificultades naturales o planteadas deliberadamente a
que se enfrentan los emprendimientos ciudadanos actualmente en Venezuela, no
hay que cesar en el empeño del trabajo productivo; hacerlo convencidos de que
las crisis también abren puertas hacia las oportunidades”.
Desde luego, Carabobo,
núcleo industrial de Venezuela, y en donde Consecomercio ha celebrado muchas de
sus anteriores Asambleas Anuales, es precisamente un ejemplo de cómo la
conjunción histórica de inversionistas nacionales e internacionales, además de un
conglomerado laboral formado para la producción competitiva dentro y fuera del
país, ha hecho posible que Venezuela haya sabido aprovechar adversidades
anteriores y convertirlas en triunfos nacionales.
Y es por eso por lo que
el Consejo Nacional del Comercio y los Servicios, con la participación de
invitados especiales y expertos en los temas que allí se tratarán, como de la
representación de la dirigencia de la producción primaria y agropecuaria,
además de la turística, no duda que al realizar su XLVI Asamblea Anual en
Valencia, estará haciendo lo que corresponde para convertir mensajes
sectoriales en aportes positivos para el país.
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