Los resultados de
la Encuesta de Coyuntura del último trimestre del pasado año evidencian la
profundización del deterioro que ha venido sufriendo el sector manufacturero
desde el 2014 hasta la fecha; al punto que 70% de los encuestados reportó que
sus niveles de producción cayeron. Asimismo, la capacidad utilizada de las
empresas bajó a 43,87%, es decir, está muy por debajo del 50% y la tendencia es
a que siga cayendo si no se toman las urgentes medidas de esta verdadera
emergencia nacional.
Las principales
razones que explican esta crisis manufacturera son: la incertidumbre política
(es decir, no hay confianza); la falta de proveedores y de divisas; los
controles de precios y la baja demanda. En cuanto a esta última variable, los
empresarios advierten que ya la recesión está haciendo mella en la actividad
operativa por cuanto los pedidos han disminuido significativamente debido a la
inflación y la pérdida del poder adquisitivo de la población.
De hecho,
aproximadamente 65% de los que respondieron la encuesta advirtió que su cartera
de pedidos es menor con respecto a los niveles del mismo período de 2015. El
nivel de ventas también se vio comprometido, al punto que 65% de la muestra
asegura que disminuyó. Entre los más afectados por la caída en las ventas están
los sectores de artes gráficas (93% dicen que sufrieron una reducción), metálica
básica (90%); alimentos, química y productos metálicos (70%), textil (60%),
madera y productos no metálicos (58%) y alimentos (48%).
Lo mismo sucede con
los niveles de inventarios de materias primas, donde un promedio de 73% de los
que respondió el cuestionario afirman que disminuyeron. Los más afectados en
este caso son metálica básica (el 100% reporta caída); productos metálicos y
artes gráficas (90%) y alimentos, textil, calzado y madera (70%).
Soberanía del consumidor y abastecimiento seguro
Los resultados del
cuarto trimestre 2015, que se acentúan aún más en el primer lapso de 2016,
debido a la sequía de divisas para cancelar la deuda con los proveedores
internacionales y a la imposibilidad de acceder a materias primas para mantener
la operatividad de las empresas, evidencian la
postración de la industria nacional.
Juan Pablo
Olalquiaga, presidente de la Confederación Venezolana de Industriales, destacó
su gran preocupación ante la incapacidad del gobierno que encabeza el
presidente Nicolás Maduro, para tomar las medidas profundas que requiere el
país. “Hemos hecho propuestas, planteamos cinco puntos que permitirían
reactivar en el corto plazo la producción de las empresas nacional, donde
destacaba la titularización de la deuda y la flexibilización del control de
cambios y de precios. Pero no ha habido respuesta alguna. Tal parece que la
decisión oficial es dejar morir a la industria nacional con el consecuente
empobrecimiento de los venezolanos”.
No obstante,
Olalquiaga recalca que ningún país puede progresar sin una industria fuerte,
que genere bienes y servicios, así como empleo decente y bien remunerado.
Por esas razones, y
ante la necesidad de reactivar a las empresas productivas venezolanas, el
presidente de Conindustria presentó ante la Comisión Permanente de Finanzas y
Desarrollo Social de la Asamblea Nacional, una propuesta de Ley Pro Abastecimiento. Se plantea la
necesidad de hacer una ley transitoria que se establecería sobre los siguientes
principios: soberanía del consumidor; libre competencia; competencia efectiva;
abastecimiento seguro; promoción a la empresa privada; promoción de la
producción nacional; derecho a la defensa y al debido proceso; rentabilidad
razonable; justicia social; subsidiariedad y menor intervención.
Pero Olalquiaga
alertó que cualquier intento de industrializar al país fracasará si se percibe
como una solución momentánea a la disminución de precios petroleros. “La
industrialización es un proyecto de largo plazo, larguísimo por estándares
venezolanos, y que requiere de una conducta sostenida en materia de estabilidad
macroeconómica y baja inflación, tasas de cambio que privilegien la
competitividad y una visión de país que privilegie el trabajo como mecanismo de
generación de ingresos, oportunidades de crecimiento profesional y mejor calidad
de vida.
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