El Papa Francisco nos dijo recientemente a los
venezolanos:
“Los aliento a reanudar un camino común por
el bien del país, reabriendo espacios de encuentro y de diálogo sincero y
constructivo”.
“No hay que tener miedo a la paz. La
convivencia, el diálogo, la reconciliación y la unión no son una derrota o una
pérdida sino una victoria, porque quien gana es el ser humano creado por Dios
para vivir en concordia y armonía”.
Este documento es una convocatoria a construir juntos una
visión compartida que supere la división entre los venezolanos como requisito
indispensable para que vivamos en una Venezuela mejor.
Proponemos un modelo de sociedad justo que se fundamente
en la defensa y promoción de la persona humana y en el respeto a su dignidad.
Un modelo en el que la economía, la política, la ecología, la ciencia, la
educación y las políticas públicas estén al servicio del progreso y el
bienestar de cada una de las personas. Un proyecto que erradique la pobreza,
nos ponga a todos los venezolanos a participar en la producción de riqueza y en
el disfrute del producto social y nos ofrezca a todos la oportunidad de
progresar.
Alcanzar este propósito enfrenta cuatro obstáculos:
1.
En lo
económico-social: una crisis económica con graves consecuencias sociales y
difícil de superar en el corto plazo que amenaza la gobernabilidad
2.
En lo político: una polarización extrema que
impide los acuerdos necesarios para poder enfrentar los difíciles retos que
tenemos
3.
En lo
institucional: una debilidad institucional y una ausencia de Estado de
Derecho que le ha quitado el soporte a
la democracia.
4.
En lo Ético: una
corrupción que ha permeado todo el cuerpo social
Con estos obstáculos es imposible superar la crisis si no
se construye un amplio consenso nacional apoyado por las instituciones de mayor
credibilidad de la sociedad venezolana, las confesiones religiosas, los
empresarios, los industriales, los trabajadores, las universidades, las
academias, los movimientos sociales, los medios de comunicación y la Fuerza
Armada Nacional.
Muchos países han padecido crisis profundas como
consecuencia de confrontaciones políticas. Todos los que lograron superarlas lo
hicieron a partir de la construcción de espacios de encuentro en función de los
altos intereses del país. Muchos lo hicieron después de pagar un precio muy
alto. Nosotros apelamos a la inteligencia de nuestros compatriotas para hacerlo
a tiempo.
Proponemos un amplio consenso sobre la base de una agenda
compartida que tiene cuatro objetivos
1-
Fortalecer
las instituciones democráticas conforme a los principios de la Constitución de
la República Bolivariana de Venezuela.
2-
Reactivar la
producción nacional y el empleo.
3-
Desarrollar
un amplio programa social.
4-
Promover una
política de reconciliación nacional.
Fortalecer las
instituciones democráticas de acuerdo a la
Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela
Fortalecer las instituciones es
indispensable para la convivencia democrática, la recuperación económica y la
construcción de una sociedad justa que promueva la dignidad de todas las
personas.
El fortalecimiento de las
instituciones pasa por:
1-
El
respeto a la Constitución vigente
2-
La Plena vigencia del Estado de Derecho
3-
La Independencia y autonomía de las diferentes
ramas del poder público
4-
El fortalecimiento de los estados y
municipios a través de la descentralización efectiva de competencias y recursos
5-
El desmontaje de la hipertrofia centralista del
Poder Presidencial
6-
El fortalecimiento de una Fuerza Armada
profesional, apolítica y no deliberante
7-
El empoderamiento de las comunidades y de los
ciudadanos a través de mecanismos efectivos de participación
8-
La elevación del nivel ético y combate de la
corrupción. Aprobación de la Ley de
Transparencia de la Gestión Pública.
Reactivar
la producción nacional y el empleo
“La
medida del progreso no está en cuanto le agregamos a la abundancia de aquellos
que tienen mucho, sino en si proveemos lo suficiente para aquellos que tienen
muy poco”.
Franklin
Delano Roosevelt
¿Dónde
estamos?
La producción nacional y el empleo se han venido
destruyendo por un modelo económico que castiga
la iniciativa privada. La incertidumbre provocada por la ausencia de
estado de derecho, las expropiaciones, los controles de precios por debajo de
los costos de producción y un control de cambio con dólares subsidiados que
estimulan la importaciones en detrimento de la producción nacional han provocado
un daño enorme a la economía con consecuencias muy negativas sobre la población.
¿Qué
queremos?
Queremos desarrollo económico afincado en eficiencia y equidad.
Una economía abierta que esté al servicio de las personas, que produzca riqueza
y empleo y bienes y servicios suficientes para acabar con el desabastecimiento.
Una economía que contribuya con el desarrollo del ser
humano a través de la superación de las desigualdades sociales, que erradique
la pobreza y dignifique a todos los seres humanos creando oportunidades de superación.
La inflación es el castigo más despiadado contra de la
clase media y los sectores populares. Una economía al servicio de las personas
tiene que tener como prioridad derrotarla y mejorar el ingreso real de los
trabajadores. Lograr ese objetivo requiere inversiones que generen
empleos productivos y una fuerte inversión social en la capacitación, educación
y formación para el trabajo que permita un
aumento en la productividad.
Un entorno de seguridad económica, jurídica y personal,
junto con políticas que protejan e incentiven la inversión nacional y
extranjera harán posible la repatriación de capitales y el establecimiento de
nuevas empresas e industrias que demandarán empleos de calidad y bien
remunerados.
¿Cómo lo
hacemos?
La experiencia demuestra en Venezuela y en el mundo
entero, que el sector privado es más eficiente que el sector público para
generar riqueza y producir bienes y servicios, y que una
intervención inteligente del Estado puede lograr una distribución más
equitativa de la riqueza sin sacrificar el crecimiento. Nuestra propuesta
consiste en motivar y estimular al sector privado para que invierta y
fortalecer al Estado para que cumpla su papel.
En el modelo actual la palabra clave es control, en el
que presentamos es confianza. Para recuperar la confianza proponemos:
1-
Un programa coherente de recuperación
económica afincado en disciplina fiscal y monetaria que sea capaz de derrotar
la inflación. El éxito de esta política pasa por el rescate de la autonomía del
Banco Central de Venezuela.
2-
Fortalecimiento del Estado de Derecho en
general y del derecho a la propiedad en particular.
3-
Desmontaje progresivo de los controles de
precios y el establecimiento de mecanismos de control a la especulación con
racionalidad económica.
4-
Eliminación progresiva del control de cambio.
La progresividad dependerá de la confianza que vaya generando una economía en
recuperación que se va haciendo atractiva a la inversión.
5-
Una legislación laboral que promueva
inversiones que generen empleos productivos y contribuya a mejorar el ingreso
real de los trabajadores.
Desarrollar un amplio
programa social
No es democrático un país donde hay unos niños que tienen
todas las oportunidades para tener éxito mientras a otros la sociedad no les
brinda la más mínima oportunidad.
La superación de la pobreza tiene que ser la prioridad
nacional por tres razones:
1-
Porque es intolerable desde el punto de vista
moral
2-
Porque es un obstáculo para el desarrollo
económico
3-
Porque hace imposible la convivencia
democrática.
Proponemos una política social orientada a atacar las
causas estructurales de la pobreza más que las consecuencias.
1)
Declarar a la educación la prioridad nacional
y en consecuencia:
a.
Desarrollar programas de atención a la
familia orientados a consolidar el núcleo familiar y a darle a los padres las
herramientas para que puedan cumplir su labor formativa.
b.
Procurar el acceso de todos los niños al
prescolar. (Todos los estudios indican que un niño que no es estimulado en sus
primeros años no desarrolla destrezas vitales para su proceso de crecimiento
emocional e intelectual).
c.
Elevar la calidad de la educación primaria y
secundaria. Eso implica acondicionar físicamente los espacios, mejorar la
capacitación, la formación y la remuneración de los maestros.
d.
Colocar la educación a tono con las
exigencias de los procesos productivos, científicos y tecnológicos, asegurando
la formación de un capital humano y social, capaz de impulsar el desarrollo y
la competitividad.
e.
Un plan ambicioso de educación para el
trabajo, en alianza con el sector productivo, que permita la incorporación de
millones de jóvenes que han desertado de la educación formal y que pendulan entre
el desempleo, el trabajo precario y la delincuencia.
2)
Empleo de calidad
La mejor
política social es una política económica que genere oportunidades de empleo de
calidad, que mejore el poder adquisitivo de las familias y que sea capaz de
producir bienes y servicios suficientes para abastecer las necesidades de la
población, pero eso no es suficiente porque el mercado por sí solo no garantiza
igualdad de oportunidades. Para eso es necesaria una política social integral.
3)
Seguridad social
La seguridad
social conformada sobre base contributiva, solidaria y tripartita, tendrá por
objeto asegurarle al trabajador las previsiones de cesantía, recreación,
vivienda, salud, crecimiento
profesional, disfrute de una pensión digna y suficiente. Este sistema deberá
incorporar a trabajadores informales y por cuenta propia desprovistos
actualmente de toda cobertura.
4)
Asistencia social
El principio
básico de igualdad de oportunidades sobre los que debe fundarse una sociedad
democrática y de justicia no podría materializarse si el Estado no actúa para
ayudar y proteger a los sectores más desvalidos, asegurando su incorporación
efectiva a la sociedad.
La política
social debe estar dirigida a crear condiciones para que la gente, con su propio
esfuerzo, pueda salir de la pobreza de forma definitiva porque solo así se
logra dignificar a las personas.
Es un
atentado contra la dignidad de la persona humana las políticas populistas que hacen
a la gente dependiente de las dádivas de un Estado sobreprotector.
La política
asistencial, debe ser reformulada con el propósito de lograr la dignificación
de las personas, por lo que todo el que reciba ayudas del Estado deberá
incorporarse a las distintas opciones del proceso educativo para lograr su
inclusión en el proceso productivo y la obtención de un empleo de calidad, bien
remunerado y con seguridad social, que lo emancipe definitivamente de la
dependencia del Estado
Propósito
compartido
Educación-Empleo-Seguridad social y Asistencia social,
ubicados dentro de un gran objetivo nacional de liquidar la pobreza y
garantizar la inclusión como prerrequisito para el progreso, el bienestar y la
ampliación y la consolidación democrática.
Promover una política
de reconciliación nacional.
“La intolerancia en si misma es una forma de violencia y
un obstáculo al
crecimiento del verdadero espíritu democrático”
Mahatma Gandhi
Reconciliarnos significa
respetarnos y reconocernos en nuestra diversidad como sociedad y como pueblo.
La dinámica democrática se cumple en un juego de coincidencias y divergencias,
consensos y desacuerdos procesadas a
través del dialogo, y ejercidas en todas las instancias de la vida pública.
Los procesos traumáticos
y desgarradores, que han sufrido en otras latitudes, sociedades que se han
dejado ganar por la división, la confrontación y el odio entre compatriotas,
deben aleccionarnos para desde todos los espacios del País, promover una
cultura de paz, civilidad y entendimiento, que parta de la convicción de que
solo mediante grandes acuerdos en torno a los temas que nos involucran a todos,
podemos construir un país de sueños y metas compartidas, un país de progreso, bienestar,
justicia, equidad, democracia, libertad y oportunidades para todos.
Mensaje del Centro de Políticas Públicas,
Ifedec, de la Fundación Alberto Adriani y
de la Fundación Arturo Uslar Pietri.
Caracas,
octubre de 2015
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