Organismos financieros internacionales acordaron brindar asistencia económica a los países más afectados por la pandemia

El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) acordaron, tras la culminación de su reunión primaveral, brindar asistencia económica a los países más afectados por la pandemia del Covid-19. Estiman que la crisis alcanzará los niveles de la Gran Depresión de 1929.

Los entes financieros proyectaron una posible recuperación parcial de la economía para el 2021. No obstante, la incertidumbre generada por la crisis sanitaria a nivel global podría prolongar el período de restablecimiento.

Durante una rueda de prensa virtual, el presidente del Banco Mundial, David Malpass, aseveró que aquellos países que se encuentran en situación de pobreza y vulnerabilidad sufrirán con mayor intensidad los efectos colaterales de la pandemia. Agregó que la situación está provocando "interrupciones" en las cadenas de suministro de alimentos a nivel nacional y en el empleo.

“El Banco Mundial está tomando medidas amplias y rápidas para reducir la propagación de Covid-19 y ya tenemos operaciones de respuesta en más de 65 países", anunció el máximo responsable del BM.

Malpass recordó que se prevé el desarrollo de una “gran recesión global” como efecto secundario del coronavirus, por lo tanto, los organismos multilaterales pretenden responder "de manera contundente y masiva" con programas de apoyo dirigidos, principalmente, a las naciones más pobres.

Por su parte, Kristalina Georgieva, representante principal del Fondo Monetario Internacional, declaró que, ante la emergencia sanitaria, más de la mitad de los 189 Estados miembros de la institución han solicitado asistencia financiera al FMI.

Georgieva calificó la situación como un “problema gigante” y explicó la necesidad de agilizar procesos. Indicó que se espera que el Directorio Ejecutivo del Fondo apruebe programas de asistencia de rápido desembolso para finales de abril.

Al finalizar la reunión los representantes del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial concluyeron que "la disminución en la confianza de los inversores globales ha endurecido severamente las condiciones de financiamiento externo para los países de todo el espectro de ingresos".