Para que pueda avanzar y concluir en
logros la reforma económica ofrecida por el Gobierno y el propio Presidente
Nicolás Maduro, definitivamente, es
inevitable admitir que tales propósitos dependen de la disposición a aceptar
que el control de cambio es un serio obstáculo que lo impide.
Es decir, lo
que en un principio fue calificado internamente como un "atrevimiento "del
constituyentista Jesús Faría, cuando hace varios meses hizo un señalamiento similar,
sustentado en argumentos demostrativos del hecho, ha terminado convirtiéndose
en una tesis que ahora respaldan dirigentes y funcionarios, por igual.
De acuerdo a
lo que describe el último Informe Privado Confidencial del Analista Político y
Consultor Empresarial Tomás Socías López, a la vez que consideran "prioritario
convencer al Jefe de Estado de lo necesario que es flexibilizar posiciones
ideológicas sobre el tema, también destacan que la reforma económica es un
proceso en marcha, y sería un error detenerlo o desvirtuarlo".
Las
"revisiones ideológicas", de igual manera, abarcan las “contradicciones y
posiciones infranqueables” que hacen sentir los distintos funcionarios aliados
a la idea de que “no hay que descuidar el comportamiento de los precios de los
productos esenciales para el pueblo".
El Plan 50 "sí
puede funcionar", creen algunos en el Gabinete, porque sería válido para que los
procesadores privados y públicos continúen mejorando la presencia de los
productos en los anaqueles. No obstante, "hay que entender lo importante que es
tomar en cuenta el mejoramiento del abastecimiento”, lo cual es posible
estimulando la producción interna y no supeditándola exclusivamente a compras
internacionales.
El Informe de
Socías López destaca luego que con un mejor abastecimiento, “también debe venir
un incremento en la capacidad de compra de los consumidores”. Pero eso no va a
ser posible exclusivamente “con modificaciones salariales, además de pensiones
y jubilaciones". La producción competitiva venezolana tiene que ser rescatada y
reactivada estratégicamente. De igual manera, hay que “garantizar que los demás
aportes monetarios que conforman la acción gubernamental, sean realmente
eficientes". Que no se desvíen “o se queden en el camino".
Durante las
reuniones técnicas entre representantes gubernamentales y de los diversos
sectores privados de la producción, se ha insistido en que la reforma económica
planteada por el Presidente Maduro "es un compromiso" que pretende "cambiarle
el rostro al Gobierno en esta materia". Entonces, por ser así, a los representantes
gubernamentales les corresponde "entenderlo y convertirlo en cumplimiento".
“Entenderlo”,
adicionalmente, implica “atender y hacerle seguimiento permanente a la
situación que se ha venido presentando con los servicios públicos”. Porque,
como en el caso del argumento sobre el control de cambio abanderado por Faría,
“hay que admitir que el avance económico depende de todas las aristas involucradas
con el proceso productivo”.
A propósito de
estas inquietudes relacionadas con dichas "aristas", también ha sido valorado
como “extraordinario” el conjunto de decisiones relacionadas con la protección
del transporte de alimentos en el país, y el anuncio de que vienen “nuevas
decisiones" relacionadas con la protección de la producción en el campo
venezolano.
Estas últimas
forman parte de los propósitos de la Gran Misión Abastecimiento Soberano,
también "dispuesta a hacer posible que la eficiencia no sea sólo una palabra,
sino también un hecho verdadero".
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