Las negociaciones que tienen el propósito de iniciar el refinanciamiento de la deuda externa de Venezuela arrancarían el próximo lunes 13 de noviembre, según lo ha anunciado el presidente de la República.
En el ámbito financiero internacional persisten las dudas de si los representantes de los tenedores de bonos visiten Caracas, pues al menos dos de los negociadores: el vicepresidente ejecutivo, Tareck El Aissami, y el ministro de Finanzas, Simón Zerpa, están sancionados por el gobierno de los Estados Unidos por presuntas vinculaciones con el narcotráfico y corrupción.
Además de este hándicap, se presenta la duda de qué aspira a hacer el Gobierno, si refinanciamiento o reestructuración de la deuda. En todo caso, no se va a imponer una de las dos opciones; se trata de una nación que no puede seguir pagando a sus acreedores internacionales, quienes tendrán la última palabra: o vienen a Caracas o rechazan negociar con funcionarios que no pueden entrar o hacer negocios en el país donde está concentrada la mayoría de los tenedores de bonos, Estados Unidos.
Para el economista Alejandro Grisanti no está clara la intención del Gobierno. Dijo en su cuenta de Twitter que “un refinanciamiento es una oferta de canje de bonos que se le ofrece a los inversionistas y que ellos aceptan o rechazan voluntariamente".
En cambio, en la reestructuración se elimina el carácter voluntario de la operación "y se obliga a los inversionistas a aceptar los nuevos bonos. En cualquiera de los casos, el anuncio de Maduro fue más aspiracional dado que las sanciones prohíben la emisión de nuevos bonos".
Explicó que la voluntad de pago del Gobierno ha disminuido "y que muy posiblemente han sacado cuentas y ven la dificultad que tienen para honrar sus compromisos en 2018".
Para 2018 al Gobierno le corresponde pagar 8 mil millones de dólares, entre intereses y capital, por el servicio de la deuda.
La gran estafa
El diputado Rafael Guzmán, integrante de la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional, denunció que la reestructuración de la deuda externa que anunció la semana pasada el régimen de Nicolás Maduro representa una “gran estafa”.
"El anuncio de Maduro de supuesto refinanciamiento fue con intención de que fondos internacionales recompraran la deuda a precio de gallina flaca y entrar en una negociación bilateral", dijo en rueda de prensa en la AN.
Recalcó el parlamentario que no puede haber una reestructuración de la deuda, “porque no hay un cambio en la política económica, ni existe una generación de confianza entre los venezolanos”.
Guzmán fustigó la intención del gobierno de reestructurar la deuda externa "justamente cuando el precio del petróleo está bajo, con las reservas en el peor momento histórico y con la comisión presidida por una persona sancionada internacionalmente (Tareck el Aissami)".
Otro economista, Benjamín Tripier, explicó a El Pitazo que "no hay que perder de vista que la invitación a bonistas a reunirse en Caracas con El Aissami era una negación en sí misma, pues pocos se reunirían con alguien incluido en la lista del Departamento del Tesoro de USA".
En todo caso, advierte que la reestructuración de la deuda "representó una gran oportunidad para el gobierno de recomprar en forma masiva su propia deuda. Pero era poco probable que lo pudiera hacer directamente, pues los pocos recursos líquidos estaban siendo usados para pagar los vencimientos”.
Añadió que los “socios” internacionales con los que puede contar el Gobierno son Rusia y China, en cuanto a la recompra de la cartera de deuda. Para la nación europea la recompra no sería una opción, advierte el también consultor gerencial. “La situación económica y financiera de Rusia no es buena…no está en capacidad de poner plata. Lo que está poniendo son las 600 mil toneladas de trigo que anunció el gobierno, en condiciones muy favorables…una movida geopolítica en su tablero con EEUU”.
En cuanto a China, la historia es diferente. “Según Torino Capital, se le deben 16.6 millardos de dólares a mediano y largo plazo (10,6% de la deuda total de Venezuela que asciende a 156,171 millardos de dólares). Y desde hace un tiempo en la Asamblea Nacional Constituyente se comentaba que se estaba negociando con ellos la recompra de deuda…así que la conclusión más directa sería que Maduro bajó el valor de los bonos para que China los recompre y de alguna manera los abone a su cuenta, haga una reestructuración bilateral y hasta permita alguna inyección de dinero fresco al gobierno”.
Tripier expresa que “en el supuesto de que China pudo haber sido el agente de las recompras, no excluye que pueda haber habido otros fondos involucrados (…) La verdad la sabremos en los próximos días en función de la respuesta que tenga el mercado… si vuelven a subir o si no se presentan demandas, el discurso de Maduro en sí mismo pudiera ser considerado por algún tribunal como una declaración formal de default o si realmente comenzará a haber atrasos en los pagos en forma consistente. Creo que nadie duda de la intención de pagar que siempre tuvo el gobierno. Lo nuevo es que tal vez las intenciones no sean con las reservas por debajo de 10 mil millones, con balanza comercial deficitaria, producción petrolera declinante y precios del petróleo que no remontan, además de las sanciones actuales y por venir (aparentemente la Unión Europea las dará a conocer esta misma semana) trabando la capacidad de maniobra, hay razones objetivas para desconfiar…pero insisto, el mercado dará la última palabra”.
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