En los últimos
quince años, la política económica venezolana ha privilegiado importaciones a
tasas de cambio subsidiadas en perjuicio de la producción nacional, que también
ha estado impactada por expoliaciones, expropiaciones y nacionalizaciones, y
por un control de precios que, en muchos casos, ha castrado la renta y ahogado
a las empresas. Una producción nacional desincentivada por una tasa de cambio
que ha hecho que el importar productos sea mucho más atractivo que producirlos
localmente.
Así
lo señaló Juan Pablo Olalquiaga en sus primeras palabras como nuevo presidente
de la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria). Recordó que la
situación antes mencionada significó que nuestra renta petrolera haya sido
utilizada para generar desarrollo en otros países, en perjuicio del nuestro.
“El
resultado para nosotros, los venezolanos, ha sido quedarnos con muy pocas
empresas industriales, sin reservas internacionales y con un éxodo de talento,
algo propio de un país en guerra y contrario a lo que ha sido nuestra historia
contemporánea”, dijo durante el acto de cierre del Congreso de Conindustria y
de la celebración del 45 aniversario de dicho gremio manufacturero.
Olalquiaga indicó
que si se hubiera orientado el país hacia su sana administración en vez de su
destrucción, los ingresos petroleros por un millón de millones de dólares que
hemos percibido en los últimos 10 años, nos habrían dejado reservas internacionales por
encima de los 500 mil millones de dólares, dado que nuestras importaciones
históricas estaban por el orden de los 19 mil millones de dólares anuales y la
deuda externa apenas suponía un 10% del PIB versus más de 50% de hoy.
Actualmente,
enfatizó, padecemos de una economía enferma dentro de un país enfermo. El
desabastecimiento, las colas y la inflación desbordada son la manifestación más
clara, patética y cruel del empobrecimiento en el cual estamos sumergidos.
“Ante esto, podemos reaccionar con resignación o con indignación. Yo espero que
nuestra reacción sea catalizar cambios”.
El
nuevo presidente de Conindustria cree que los venezolanos nos hemos dado cuenta
de que debemos reconstruir nuestro país, las relaciones entre nosotros y
nuestra sociedad. Advirtió que ese trabajo nos toca a nosotros y a su juicio,
los industriales tienen mucho que aportar en esa tarea.
Y
uno de esos aportes es generando un debate extenso en torno a la Visión
Venezuela Industrial 2025: La Ruta, de manera que se construya un consenso
nacional en torno a temas fundamentales como lo son tecnología, educación,
infraestructura, marco regulatorio, estado de Derecho, derechos de propiedad,
inserción de la pequeña y mediana industria, estructura macroeconómica, rol del
Estado y la estructura laboral.
Para
Olalquiaga uno de sus principales retos al frente de Conindustria es generar la
conciencia de que el petróleo es una industria importante pero no la única; de
que debemos producir el gran grueso de los productos que consumimos; de que
debemos exportar productos distintos del petróleo, que debemos generar las
condiciones de entorno para materializar esa capacidad de producir.
Considera
que como país debemos internalizar que en la educación y el trabajo se basa la
estabilidad y que la libre empresa es la verdadera fuente de prosperidad.
“Debemos convencernos de que sin un cambio al modelo de libre empresa y libre
mercado, podremos cambiar de gobierno varias veces y todo permanecerá igual.
Para
cerrar su discurso, dijo que quería dar tres mensajes cortos pero contundentes.
A los trabajadores, que la industria puede generar muchísimos puestos de
trabajo de los que permiten prosperar en la vida; a los consumidores, que la
industria quiere producir los bienes que necesitan para su vida cotidiana, su
crecimiento y su esparcimiento y a Venezuela, que cuenta con sus industriales
para que juntos abandonemos el camino de la escasez y transitemos el camino de
la ruta hacia la abundancia.
“Venezuela
puede estar mejor y ahí está el reto de los industriales. Vamos a contribuir en
la construcción de esa Venezuela cuyos calificativos sean libre, honesta,
trabajadora, productiva, eficiente y tecnológicamente capaz para que nos brinde
a todos oportunidades por igual”, sentenció Olalquiaga.
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