Las Cámaras sectoriales afiliadas le han estado informando al Consejo
Nacional del Comercio y los Servicios (CONSECOMERCIO), acerca del
desenvolvimiento de las reuniones que han venido sosteniendo las autoridades
con empresarios que importan y comercializan insumos, materias primas, bienes
de capital y bienes finales, en un replanteamiento liderado desde el Ministerio
de Finanzas y de la Comisión de Administración de Divisas (CADIVI), y el
balance es que tales encuentros no han superado las fases de las expectativas y
de las promesas a eventuales soluciones.
En algunos casos concretos, ciertos sectores han dicho que algunas
empresas representadas recibieron respuestas positivas durante los primeros
días de junio. Pero la liquidación de divisas en tales casos, fueron dirigidas
a la cancelación de obligaciones internacionales, con retrasos en el
cumplimiento con más de 200 días.
Es decir, no se han podido realizar nuevas solicitudes a los suplidores
internacionales, y eso se traduce en que el comercio tiene que seguir
dependiendo hoy de sus ya debilitados inventarios, muchos de los cuales,
difícilmente, alcanzarán a cubrir toda la demanda de los próximos seis meses.
Con respecto a acciones
concretas durante las últimas semanas para hacerle frente a la escasez y al
desabastecimiento de determinados bienes, precisa CONSECOMERCIO, lo único que
se ha dado son las promovidas por el propio Gobierno Nacional, y dirigidas al
caso alimentos. “Aun cuando todos estamos conscientes, es decir, gobernantes,
empresarios y consumidores, que escasez y abastecimiento no está circunscrito
exclusivamente al tema alimentos”.
Si el abastecimiento del resto de los demás bienes no se planifica,
atiende con divisas y no se aprueba una verdadera flexibilización de los
procedimientos administrativos cuya rigidez han creado los cuellos de botella a
la hora de importar, a juicio de CONSECOMERCIO, la demanda de los próximos
meses, incluyendo los de finales de año, no podrá ser satisfecha, y el comercio
continuará siendo golpeado por la caída del consumo, incluso por encima de lo
que ya registró entre enero y junio.
Hay sectores del comercio que no han recibido divisas durante los
últimos nueve meses, como es el caso de equipos médicos, líneas aéreas,
industria gráfica, autopartes, entre otros, a pesar de su innegable importancia en el
diario desenvolvimiento de la economía a nivel nacional. 0tros siguen figurando
en el “lote” de empresas que han estado participando en las reuniones con las
autoridades, y hoy dependen de las expectativas de que pudieran ser
“favorecidas” con respuestas positivas
para mediados de julio o comienzos de agosto. “Y eso no tranquiliza a
nadie”.
Para CONSECOMERCIO, toda escasez termina por convertirse en el
combustible más efectivo de la inflación, que no se combate en sus orígenes
solamente con una mayor producción, sino también con otras decisiones de
carácter fiscal, monetaria y cambiaria, además de aquellas que hacen posible la
reactivación de las inversiones nacionales e internacionales; es decir, el
respeto a la propiedad y al emprendimiento ciudadano.
Desde luego, “si todos los agentes económicos trabajamos alineados hacia
el logro de esos propósitos”, lo que hoy tanto preocupa, como son: la inflación,
el abastecimiento, y la reactivación de la economía, antes que continuar siendo
motivos de anuncios compulsivos contra el comercio formal por ser un supuesto activador
del acaparamiento y de la especulación, terminará por convertirse en lo que
motiva las economías de avanzada: la atención eficiente a las demandas de los
consumidores.
CONSECOMERCIO destacó que el empresariado del Comercio y los Servicios
que ha sido convocado a los encuentros que se iniciaron a mediados de mayo, se
ha hecho presente y aportado la información que se le ha solicitado, como paso
previo para que se produzcan las decisiones ofrecidas durante la primera
reunión. Sin embargo, el gremio
sectorial considera que, tanto como lo que está hoy sobre la agenda de
reuniones y de trabajo, el país debe ocuparse de echar las bases de un proceso unificador
de esfuerzos que se traduzcan en un reposicionamiento de la confianza, para que
se hagan presentes -y en condiciones y cantidades que las necesita el país- inversiones
privadas nacionales e internacionales. Definitivamente, Venezuela tiene que
convertirse en un país confiable para las inversiones.
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