La difícil situación del sector arrocero nacional, cuyo parámetro de medición convencional podría ser el nivel de abastecimiento, actualmente resulta complicada su percepción, habida cuenta de que el abastecimiento se está asumiendo mayormente con arroces importados y no pareciera casual que paralela y progresivamente, así como crecen las importaciones, de por sí difíciles de cuantificar, en esa misma medida se va sometiendo al sector primario a restricciones, carencias y dificultades para la sostenibilidad del rubro.Esta forma de manejar la política cerealera y concretamente la arrocera, nos obliga a leer en la misma, marcadas contradicciones dentro del sector público así como también dentro del sector privado del arroz. Definitivamente en ambos sectores, públicos y privados, nos ha dividido la visión sobre el desarrollo arrocero del País, en ambos sectores existimos organizaciones privadas y organismos públicos convencidos del potencial arrocero nacional, y en algún momento comprometimos los mayores y mejores esfuerzos por, en torno a la visión del desarrollo arrocero nacional, generar toda una cultura rural, agroindustrial, comercial y de exportación que terminaría consolidando a Venezuela como País con un consumo masificado de arroz, y exportador de una parte de su producción, y en contraste a ello existen sectores públicos y privados que confluyen en la visión cortoplacista del negocio lucrativo de la importación, y es en torno a las importaciones, más aún cuando se deciden unilateralmente, en donde se genera un encadenamiento de negociados de por sí difíciles de controlar, y mucho mas rentables que la actividad de la cadena productiva cuando esta se dedica a producir, procesar y distribuir arroz nacional.
Esta ambigüedad público-privada es a la que debemos darle un freno como venezolanos, y que por encima de ella emerja la alianza público-privada necesaria para retornarle al sector arrocero su sostenibilidad, la que con 4 medidas de políticas públicas objetivas generarían una reactivación que apuntaría a las sustitución progresiva de las importaciones que tanto requiere la situación del País, siendo estas:
La definición urgente del precio para el resto de la cosecha de invierno de Bs. 1,70 por Kg. de arroz paddy húmedo.
La cancelación de los subsidios a aquellos productores a los que se les ha incumplido durante verano del 2009.
La obligatoriedad del sector agroindustrial de adquirir una cuota parte del arroz nacional como condición para tener asignaciones de procesamiento de arroz importado (Política de Contingentamiento).
La interacción público-privada para la definición de requerimientos de importación (Realización de los Balances Arroceros).
Estos cuatro aspectos serían en el corto plazo determinantes para corregir las distorsiones en nuestro sector y además darían pie para proseguir las discusiones en torno a los acuerdos necesarios para el relanzamiento del sector arrocero nacional.
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