Brasil invitará a partir del próximo año a las compañías petroleras internacionales a pujar por los derechos de explotación de sus enormes yacimientos en la formación conocida como "pre-sal", bajo el lecho marino en el océano Atlántico, dijo al Financial Times el ministro de minas y energía, Edson Lobâo.Brasil suspendió la venta de concesiones en el sector "off-shore" (marino) de esos yacimientos, que, según ejecutivos de la industria petrolera pueden ser tan importantes como los del mar del norte, poco después de su descubrimiento en el 2007.
Desde entonces, señala el periódico, el Gobierno brasileño ha estado elaborando nuevas leyes para esa zona, que presenta enormes retos operativos, pero donde hay un alto índice de probabilidades de descubrir enormes cantidades de crudo de alta calidad.
Lobâo reconoció al FT que Brasil no podía asumir solo la hercúlea tarea de explotar esas reservas, situadas a varios kilómetros bajo el agua y capas de roca y de sal difíciles de perforar, señaló Efe.
"Tendremos con seguridad subastas el año que viene, lo que significa que las compañías petroleras pueden empezar a preparar sus reservas financieras", dijo el ministro.
Expertos del sector han expresado su sorpresa por ese anuncio ya que creen que el debate legislativo puede ser mucho más difícil que lo que parece esperar el Gobierno.
Brasil vendió varias concesiones en esos yacimientos "pre-sal" antes de que se revelase su potencial y ha prometido que no modificará los contratos firmados entonces.
Petrobras y sus socios ExxonMobil, BG, Galp, Repson y Dutch Shell, tienen trabajo para varios años en la explotación de esas concesiones, explica el periódico.
Muchos analistas del sector creían que el Gobierno brasileño no tendría prisa en elaborar la nueva legislación, que será polémica y difícilmente pasará el trámite del Congreso antes del 2010, que es año electoral.
El ministro brasileño dijo que estaba a favor de condiciones restrictivas para las nuevas compañías que se sumen al proyecto y abogó también por una nueva empresa totalmente bajo el control del Gobierno brasileño que se encargaría de supervisarlas.
Al mismo tiempo reconoció el peligro de enemistarse con las multinacionales petroleras como demuestra lo ocurrido en Venezuela y México.
Esos dos países latinoamericanos corren peligro, después de cincuenta años, de perder sus posiciones de mayores exportadores de la región, señala el FT.
Los gobiernos extranjeros, desde el chino hasta el norteamericano, y las petroleras internacionales hacen cola para ayudar a Brasil a explotar sus vastos yacimientos, pero rehuyen ahora a México debido a sus restrictivas condiciones financieras y se topan con la repulsa de Venezuela, que obliga a renegociar los viejos contratos, comenta el periódico.
Según cálculos de la Agencia Nacional de Petróleo, las reservas de las áreas adjudicadas en el "pre-sal" pueden llegar a 80.000 millones de barriles de petróleo, más de cinco veces las comprobadas del país (14.000 millones de barriles), divulgó Efe.
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