Los ministros de finanzas de los países ricos enfrentarán menos turbulencia económica cuando se reúnan el próximo viernes que la que les rodeó en su encuentro de hace dos meses, pero reconocieron que necesitarán a las naciones en desarrollo para levantar el gasto y revivir la economía mundial.El secretario del Tesoro estadounidense, Timothy Geithner, reconociendo el creciente poder económico de los países en desarrollo, programó una reunión de los funcionarios del Grupo de los 20 países industrializados y en vías de desarrollo el próximo viernes, inmediatamente después de una reunión del Grupo de los siete países desarrollados, informó Reuters.
Las inusuales reuniones seguidas resaltan la naturaleza interdependiente de las economías alrededor del mundo y el creciente poder de los países emergentes como China, India, Brasil y Rusia, a quienes Estados Unidos y otros países desarrollados están exhortando a consumir más y exportar menos para incentivar la recuperación.
El marco de trabajo para las reuniones de los jefes de Finanzas fue fijado en su reunión del 2 de abril en Londres, donde los líderes políticos del G-20 acordaron triplicar los recursos de préstamo del Fondo Monetario Internacional, acabar con los paraísos fiscales, y ajustar la supervisión de los fondos de cobertura de rango libre.
"De por sí, esta ya es una agenda bastante ambiciosa y, esta vez, yo asumo que ellos van a querer mostrar que están orientados hacia resultados, lo que quiere decir que se necesita mucho trabajo detallado", dijo Sung Won Sohn, profesor de economía de la Universidad Estatal de California en su campus de Channel Islands.
Un tema que los líderes políticos del G-20 acordaron en Londres era la necesidad de buscar vías para evitar que crisis como la actual se repitan. Por esto, Geithenr y el presidente Barack Obama han instado a un nuevo rol de los países dependientes de las exportaciones como China.
Cuando Geithner dijo esta semana que China no estaba manipulando el valor de su moneda, cambiando su posición anterior, y estaba de hecho tomando medidas para estimular la economía, acompañó sus declaraciones con un llamamiento a que Pekín empleara sus reservas para impulsar el crecimiento mundial.
"Debido al amplio y rápido crecimiento del superávit de la cuenta corriente de China, estas medidas deberían ser sólo el comienzo de una serie de políticas para reequilibrar la economía china, para que su crecimiento económico dependa más de la demanda interna, particularmente en el consumo privado", dijo Geithner.
El Gobierno de Obama buscó inicialmente presionar a sus socios del G-7 para alcanzar un acuerdo sobre mayor gasto gubernamental para ayudar a sus economías, pero se encontró con la oposición de Europa, especialmente de Alemania y Francia, quienes destacaron la necesidad de modernizar la regulación financiera.
Fuentes del G-7 dicen que la reunión de la próxima semana apunta a mantener el impulso de la cumbre del 2 de abril, parcialmente tratando de apuntalar los compromisos de triplicar los fondos del FMI a 750.000 millones de dólares y aislando a los paraísos fiscales. Esto debería ser suficiente para evitar que se enciendan las diferencias sobre los estímulos fiscales.
Mientras que se espera que los participantes del G-7 emitan su tradicional comunicado de cierre, las fuentes dijeron que no se esperaba uno de la reunión del G-20. Sin embargo, el interés sobre la reunión del G-20 se mantiene alto, debido al elevado perfil que está alcanzando el grupo como un foro mundial.
"Estamos en una crisis económica mundial y se va a necesitar una solución mundial para salir de ella", dijo Sohn.
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