Los dirigentes iberoamericanos reunidos en San Salvador hicieron un llamado generalizado a la vuelta del papel del Estado en contra de la teoría neoliberal, a la que culparon de la actual coyuntura de crisis.El pensamiento neoliberal, basado en la desregulación y en la negación de lo público y del Estado, "se ha derrumbado por sí mismo", afirmó en rueda de prensa el presidente del gobierno español, Jose Luis Rodríguez Zapatero.
"No aceptamos las tesis de los conservadores, de que precisamos reducir los gastos del Estado por la crisis", señaló el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, en el plenario de la cumbre.
En Brasil, dijo, "vamos a seguir invirtiendo, porque los que en los años 80 y 90 decían que el Estado no podía ser fuerte y gastaba demasiado", son "los que ahora buscan el auxilio del Estado".
La Cumbre Iberoamericana de San Salvador, que finalizó este viernes, fue asimismo unánime en el reclamo de mayor protagonismo de los países emergentes en las reformas de los organismos políticos y financieros internacionales, señaló Efe.
"La voz de los países más pobres debe ser oída, porque son víctimas y no culpables de una crisis ante la que los países ricos no han sabido reaccionar", dijo Lula da Silva, cuyo país ejerce la presidencia rotatoria del G-20, grupo que el próximo 15 de noviembre analizará en Washington la reforma financiera.
El foro anual de jefes de estado y de gobierno de 22 países de América Latina, España y Portugal, convocado en la capital salvadoreña para tratar de "Juventud y Desarrollo", fue copado por la preocupación mundial que genera una crisis cuyas consecuencias podrían ser devastadoras.
"No nos quedemos en el desplome bursátil, evitemos con fuerza el desplome social", alertó la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, apuntando lo que podría ser la peor consecuencia para esta región.
El presidente colombiano, Alvaro Uribe, dijo hoy a la prensa que "en esta ola especulativa que acaba de fracasar, se hizo creer a todo el mundo que podían ganar" y aludió en ese sentido al "aumento exagerado de los precios del petróleo y los minerales".
"Ocurrió lo que tenía que ocurrir", afirmó Uribe.
En el mismo sentido se expresó durante la Cumbre el secretario general iberoamericano, Enrique Iglesias, quien consideró que esta crisis es producto de una "globalización financiera desordenada" y la consideró una especie de "profecía autocumplida".
El presidente de México, Felipe Calderón, alertó que la meta ahora es impedir que aumente la pobreza extrema, un riesgo muy probable que "en un año puede generar millones de pobres" en América Latina.
Aunque con distintos matices políticos, coincidieron en que la crisis es una oportunidad para poner orden en el control de la economía globalizada, con una reforma democratizadora tanto de organismos políticos como la ONU como de otros financieros, tales como el FMI o el Banco Mundial.
Las propuestas para enfrentar la situación actual fueron variadas, desde proponer una cumbre mundial en la ONU que de paso a un nuevo gran pacto internacional o fortalecer la integración que permitiría tener una voz única como carta de representación ante el mundo.
Una de las propuestas más radicales fue la del presidente ecuatoriano, Rafael Correa, quien abogó por crear una nueva arquitectura financiera regional, con un sistema monetario común.
Ello supone, dijo, que exista un Banco del Sur para el desarrollo multinacional, financiado por los mismos países latinoamericanos.
En la Cumbre no estuvo el presidente Hugo Chávez, pero en un mensaje enviado a través de su vicecanciller reclamó "audacia" para buscar alternativas y que de los países del Sur "nazca una nueva forma de relacionamiento desde el punto de vista económico y financiero".
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