Las ventas de autos en Estados Unidos se hundieron en julio al nivel más bajo en los últimos 16 años, lo que reflejó una profunda depresión en la industria, por las dificultades de acceso al crédito, la débil confianza de los consumidores y un alza de los precios de las gasolinas.
Las ventas en el mes de GM, Ford, Chrysler y Toyota cayeron a tasas de dos dígitos en porcentaje.
Las ventas de GM se hundieron en julio 27%, las de Ford cayeron 15%, las de la japonesa Toyota Motor bajaron 12% y las de Chrysler retrocedieron 29%.
En cambio, las ventas de la japonesa Nissan Motor subieron 8,5% por una fuerte demanda de sus automóviles, mientras que su rival Honda reportó una baja de sólo 1%.
La baja de las ventas fue mayor a la que esperaban los analistas y muestran un acelerado cambio en el mayor mercado del mundo para automóviles, donde los estadounidenses están abandonando sus preferencias por las camionetas a las que favorecieron por más de una década.
La caída de julio es la novena mensual consecutiva y constituye la racha negativa más larga desde la recesión del 2001.
Las ventas de autos cayeron en julio a una tasa anual ajustada estacionalmente de 12,55 millones de unidades, la cota más baja desde abril de 1992.
Las débiles ventas de julio ensombrecen aún más el panorama para las grandes automotrices de Detroit, que se enfrentan a una competencia brutal, a bajas de sus calificaciones de crédito y a la menor demanda por sus productos más rentables: las camionetas y los vehículos utilitarios deportivos (SUV).
El pobre reporte de ventas de General Motors llegó el mismo día en que presentó una pérdida trimestral de 15.500 millones de dólares, por una abrupta baja de las ventas y de los precios de sus modelos SUV, que le llevó a asumir cargos por su negocio de financiamiento automotor.
Las tres grandes automotrices estadounidenses han reducido los alquileres y endurecido los términos de financiamiento para sus clientes con el objetivo de proteger sus balances, particularmente de la fuerte baja de los precios de reventa de las camionetas y las SUV.
La automotriz estadounidense Chrysler LLC, que mejoró los incentivos que ofrece a los compradores de sus vehículos, abandonó completamente los alquileres.
Los cambios en los alquileres, que en su mayoría han comenzado este mes, pueden presionar aún más las ventas de las automotrices, porque la fórmula usualmente se ha diseñado para hacer más convenientes los pagos mensuales por un automóvil.
El fabricante estadounidense Ford Motor dijo que espera que un ambiente de crédito más difícil y el recorte de las operaciones de alquiler pesen sobre la industria en los meses por venir.
"En los meses que vienen, y yo diría durante el próximo año, la situación de crédito que enfrentan los consumidores en las concesionarias estará en un lugar central", dijo el jefe de ventas y marketing de Ford, Jim Farley.
El mercado automotor estadounidense se encamina a su peor año en una década, en medio de los altos precios del petróleo, una débil confianza del consumidor y un mercado de crédito más difícil para los clientes.
Los analistas han advertido recientemente que la baja de las ventas probablemente continue en el 2009, y que un cambio de tendencia en el mercado automotor sólo puede esperarse para el 2010.
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