A solo 15 días de que la Comisión de Encuesta de la Organización
Internacional del Trabajo emitiera el informe con recomendaciones al régimen de
Nicolás Maduro para revertir los incumplimientos de distintos Convenios
Internacionales de la OIT, el Poder Ejecutivo anunció un nuevo aumento salarial
inconsulto.
"La fijación del salario mínimo, de manera unilateral, transgrede el
Convenio N°26 referido a la consulta tripartita (gobierno-empleadores-trabajadores)
para acordar wl sueldo base y que se viola desde 2000 durante la presidencia de
Hugo Chávez", señala Linerby Sánchez, directora de Proyectos del Instituto de
Altos Estudios Sindicales (Inaesin).
Pero el agravamiento de la crisis económica y social por erradas
políticas sumergió a Venezuela en los últimos cinco años en una espiral
inflacionaria, que Maduro ha tratado de “compensar” con frecuentes alzas de
salario -de hasta cinco anuales- que ha cubierto con la creación de dinero
electrónico, atizando aún más la inflación.
Más allá del porcentaje de aumento establecido, lo que queda claro es
que el gobierno –por la vía de hecho— ha anclado el salario mínimo al dólar,
manteniéndolo en cada una de las tres ocasiones que ha realizado ajuste este
2019 en un equivalente a $7,5 o lo que es lo mismo $0,25 diarios (sin incluir
el bono de alimentación), muy por debajo del nivel de pobreza establecido por
el Banco Mundial de $1,90 al día.
"Los incrementos se han dado de forma arbitraria, sin consultar a todas
las partes involucradas, lo que denota que la administración de Maduro no tiene
una real intención de corregir las constantes y continuas violaciones a los
acuerdos laborales, estipulados en distintos Convenios Internacionales y que
llevaron tanto a empleadores como a representantes sindicales a elevar la queja
ante la OIT", dijo Sánchez.
La nueva medida de Maduro, que apenas eleva de $2 a $7,5 el salario
mensual y atenta básicamente contra los empleados de la administración pública,
es una manifestación más de que el gobierno no está dispuesto a entablar un
diálogo social, como lo exige la sociedad venezolana para salir de la crisis
política y económica que coloca al país no solo con los precios más elevados
del planeta, sino con la peor destrucción de la economía para una nación que no
está en guerra", comentó la directora de Proyectos del Inaesin.
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