Más de 100 negocios de Barcelona, Anzoátegui, se han visto obligados a cerrar sus puertas, debido a la escasez de repuestos, de insumos, a no poder soportar los costos de los impuestos y por ello, ha aumentado el desempleo en la zona así como la economía informal.
El presidente de la Cámara de Comercio de la capital del estado, Wael Raad, al suministrar la cifra que maneja la institución que dirige, enfatizó que hace tres meses, los comercios cerrados sumaban alrededor de 60, pero hoy en día, con la acentuación de la crisis, lamentablemente se han sumado otros, por lo que constantemente el sector privado está invitando al gobierno nacional a un diálogo franco que permita salir de esta situación, que al final perjudica a todos.
Indicó que el aumento presidencial, aún cuando es poco, también incide en el funcionamiento de los comercios, toda vez que debe cancelárseles a los empleados, muchos de los cuales se sienten en estos momentos, desmotivados y han optado por la informalidad comercial.
Los pequeños comerciantes no soportan los aumentos, las cargas impositivas, los controles y hoy en día, se reduce el porcentaje de las actividades económicas legales que hace dos meses se ubicaban en 26%, mientras que la economía contabilizaba 37%. Es decir, que la informalidad, le gana terreno a los privados legales.
En Puerto La Cruz también han bajado sus santamarías varios locales que no han podido sostenerse, debido a la crisis económica que vive el país. "Esperamos que esto cambie y que el Ejecutivo Nacional dialogue con el sector privado para subsanar estas fallas en la economía nacional, apuntó Raad.
Este jueves, dos nuevos locales procedieron a dejar de expender sus artículos.
Proliferan ventas de cauchos usados
Un recorrido por el sector de Barrio Sucre, en Barcelona, permitió constatar la proliferación de ventas informales de cauchos usados, los cuales son vendidos entre 14 mil y 20 mil bolívares, cada uno. Ante la escasez de este insumo importante, la gente opta por comprarlos.
Carlos Raúl Fuentes, dueño de un local que expende repuestos y que todavía no ha cerrado, "porque vendo lo que pueda", sostuvo que este crecimiento de la venta de cauchos está invadiendo la zona, a donde acuden diariamente las personas a buscar repuestos para vehículos y no son supervisados ni por la alcaldía, ni por el Seniat, mientras que a ellos para renovar sus permisos cada dos años, les piden hasta permisos sanitarios. Tampoco tienen las máquinas que el Seniat impuso para el cobro de los artículos y dan como factura, un simple papel.
Varias casas lucen en sus frentes, una cantidad de estos productos que hoy en día son difíciles de obtener. Pero el presidente de la Cámara de Comercio, indicó que así sucede con las baterías, licores y demás repuestos y que para la gente, ahora, es más fácil pertenecer a la economía informal.
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