Por: Jairo Larotta - Publicado en Aporrea, el 24/07/2013
La solución para eliminar la especulación cambiaria del dólar paralelo, la solución para reducir la inflación interna a un solo dígito, la solución para acabar con la especulación cambiaria es implantar el dólar de U.S.A. como moneda oficial de la República Bolivariana de Venezuela. No es una locura ni es pérdida de soberanía ni mucho menos. La dolarización en este momento actual es una medida patriota para salvaguardar nuestras finanzas evitando la desestabilización social que han ocasionado y ocasionan las recientes sucesivas devaluaciones de nuestro signo monetario el bolívar fuerte. Dolarizar nuestra moneda es establecer la paridad del bolívar fuerte igual al dólar de U.S.A. de forma fija e invariable.
El Presidente de Ecuador, Rafael Correa, afirmó recientemente que a diferencia de otras naciones, los pueblos de América Latina ya no viven de acuerdo al imperialismo del dólar y del capital, "ya no es el patio trasero de nadie". Resaltó además la importancia de los mecanismos de integración regional ante las agresiones externas. “Hay naciones que viven de acuerdo con el imperialismo del dólar, el imperialismo del capital y con sus intereses en la extensión del mercado. En cambio nosotros aquí en América Latina estamos unidos y debemos seguir el camino de la integración, como la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) y nuestros propios instrumentos de arbitraje”, dijo el presidente Rafael Correa.
Ante estas afirmaciones tengo que expresar mi desacuerdo, porque Ecuador ya no está bajo el imperialismo del dólar porque sencillamente su economía está dolarizada, porque la moneda oficial del Ecuador es el dólar de U.S.A. de América. En cambio en nuestra República Bolivariana de Venezuela, la economía sí está bajo el imperialismo del dólar, porque la especulación del dólar paralelo ilegal ha logrado establecer un cambio especulativos superior a los 30 bolívares por dólar mientras el cambio oficial es de 6,30 bolívares por dólar, que significa más del 500% más, aparte de la reciente devaluación del 47% (de 4,30 a 6,30 bolívares por dólar). La desestabilización que esto ocasiona impacta todos los sectores y nos somete a esa hegemonía del dólar disponible para todos sin control, que es el dólar paralelo especulativo.
¿Quiénes han sufrido y quienes se han beneficiado más con la especulación cambiaria en Venezuela?
Los más impactados por la especulación cambiaria son las clases B, C y las pequeñas y medianas empresas, porque sus ingresos se ven disminuido producto de la inflación, por el control de cambio estricto y por la especulación cambiaria ilegal. Los grandes beneficiados son la clase A, las grandes empresas, los bancos y las mafias del cambio ilegal. Por supuesto no podemos obviar dentro de los beneficiados al gobierno, porque las devaluaciones oficiales y subastas públicas les generan más bolívares por la oferta controlada de dólares.
¿Cómo podemos los venezolanos salir de este nudo gordiano de las devaluaciones, salir de la especulación cambiaria, salir de la hiperinflación y salir del estancamiento de la producción no petrolera (estanflación)?
Solo estableciendo el dólar como moneda oficial de la República Bolivariana de Venezuela, podremos acabar con el imperio del dólar en nuestra economía, similarmente como ocurre en Ecuador, como lo hizo El Salvador, como lo hizo Panamá y como lo han hecho transitoriamente otros países de la región como Argentina. El 20/06/2013, publiqué en Aporrea una Propuesta al BCV para dolarizar nuestra economía y acabar con la especulación cambiaria y la inflación.
En un futuro, cuando el Sistema Unitario de Compensación Regional (SUCRE) sea una moneda oficial para Suramérica o los países miembros de UNASUR, entonces si lograremos desvincularnos del dólar de U.S.A. El SUCRE es el nombre de la unidad de cuenta común que el 18/11/2008 acordaron adoptar los presidentes y representantes gubernamentales de los países miembros de la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA), más Ecuador, que en ese momento no era Estado miembro de la alianza. Inicialmente es una unidad de cuenta y de valor, no una moneda con organismo emisor de piezas y billetes de curso legal. Esta unidad de cuenta busca reemplazar al dólar estadounidense en el comercio interregional que exista entre los 9 países adheridos a ella:
- Antigua & Barbuda.
- Bolivia.
- Cuba.
- Dominica.
- Ecuador.
- Nicaragua.
- San Vicente & Las Granadinas.
- Uruguay.
- República Bolivariana de Venezuela.
¿Cómo se implantaría la dolarización en Venezuela?
En nuestro caso sugerimos adoptar la dolarización “extraoficial” mientras se convierte la masa monetaria circulante en bolívares actual a dólares de U.S.A. Luego se hace la dolarización “oficial” al estilo de Panamá con cambio invariable 1 balboa = 1 U.S. dólar. Entonces tendríamos para la República Bolivariana de Venezuela que 1 bolívar petrolero = 1 dólar de U.S.A. de forma fija e invariable. Los agentes económicos realizarían la mayoría de las transacciones en dólares de U.S.A. Los billetes circulantes serían los billetes de dólar de U.S.A. en las versiones de 100, 50, 20, 10, 5, 2 y 1 dólar y solo circularían las monedas venezolanas con la siguiente equivalencia:
- Un (1) bolívar petrolero = Un (1) dólar U.S.A.
- 50 céntimos de bolívar petrolero = 50 centavos de dólar U.S.A.
- 25 céntimos de bolívar petrolero = 25 centavos de dólar U.S.A.
- 12,5 céntimos de bolívar petrolero = 12,5 centavos de dólar U.S.A.
- 10 céntimos de bolívar petrolero = 10 centavos de dólar U.S.A.
- 5 céntimos de bolívar petrolero = 5 centavos de dólar U.S.A.
Dado que nuestros ingresos petroleros y comerciales son en dólares de U.S.A. al establecer la dolarización de nuestra moneda circulante cesan de inmediato la especulación cambiaria y por tanto la inflación interna se reduce drásticamente. Para ello es necesario ordenar nuestras reservas operativas y no operativas de tal manera que sean efectivamente respaldo del circulante necesario para atender las necesidades internas de nuestra economía. Las reservas no operativas serían los bonos intransferibles de la República, el oro en lingotes, los derechos especiales de giro y otros valores. Las reservas operativas serían en efectivo en dólares para 6 meses de abastecimiento de insumos imprescindibles que importamos regularmente.
Propusimos para dolarizar nuestras cuentas internas, sustituir el inmenso circulante actual de 118 billones de bolívares, por bonos intransferibles con respaldo al 10% de nuestras reservas certificadas de petróleo. Los 118 billones de bolívares del circulante actual equivaldrían a 5,9 billones de dólares usando el cambio de las últimas subastas del BCV. El 10% de las reservas petroleras certificadas son aproximadamente 30.000 millones de barriles a 100 dólares por barril, o sea 3 billones de dólares de U.S.A. Esos bonos intransferibles se pueden dividir en 17 emisiones anuales iguales por 180.000 millones de dólares anuales con vencimiento cada 5 años cada uno de ellas. Los vencimientos pueden ser a partir de 2020 y van contra los ingresos petroleros anuales de 5 millones de barriles diarios para esa fecha, al precio de 100 dólares el barril de petróleo que para esa época estará muy por encima de ese valor. Además, la producción petrolera incrementará a más de 5.000.000 de barriles día para la década de los años 2020.
Claro, para evitar los problemas que sufrió el Ecuador cuando hizo su dolarización se requiere un estricto control del circulante a 5,9 billones de dólares para evitar la inflación interna. Se debe controlar la salida de capitales solo a los inversionistas que los hayan traído para producción interna, después de 3 años como mínimo. Las utilidades de esas empresas si pueden sacarlas en la proporción a sus aportes extranjeros de capitales de inversión, y solo al final de cada período fiscal.
¿Cómo quedarían los sueldos, salarios, precios, después de implantar la dolarización en la República Bolivariana de Venezuela?
Sencillamente a la par del dólar de U.S.A. Así el salario mínimo sería de 2.400 dólares al mes. Los precios de los artículos internos no deben superar el precio en dólares del valor importado de esos bienes. Así por ejemplo los vehículos tendrán que ajustarse al valor internacional (sin impuestos) en dólares. Así con todos los demás insumos. Claro, la mano de obra venezolana debe ajustarse para poder competir en los rubros de exportación al Mercosur, pero eso es problema de las empresas públicas y privadas que se avoquen a esa actividad. La gasolina por ejemplo se revaluaría sin trauma alguno al valor de 0,97 dólar por litro que es el valor internacional y acabamos con el contrabando de extracción hacia Colombia. También el precio de los alimentos en dólares hoy regulados en bolívares, perderían el atractivo para llevárselos a otros países con la protección corrupta de autoridades fronterizas.
Los grandes beneficiados de la dolarización serían en primer lugar los bancos, luego las grandes empresas, y los más sufridos serían los de la clase media. Corresponde al gobierno ordenar la economía para evitar que la clase media reciba el mayor impacto de la dolarización en la transición de la dolarización extraoficial a oficial. Para eso es pertinente y obligante establecer el cruzamiento de las bases de datos bancarias con las bases de datos del SENIAT. Así las declaraciones anuales de ISLR serán realizadas en base a lo movilizado en las cuentas bancarias corrientes y de ahorros (ingresos menos egresos soportados). Así se acaba la evasión fiscal la cual ha favorecido a las grandes empresas. Es así como se declara en U.S.A. y con más razón debemos implantar este sistema si dolarizamos nuestra economía. Esto significa que la única manera de evadir el impuesto es operar con dinero efectivo. Para los pequeños comerciantes que operan con efectivo se puede establecerse un nivel mínimo de ingresos y gastos para fijar el impuesto mínimo según la utilidad del ejercicio fiscal inmediato anterior. A la par de esta medida debe establecerse un control estricto del ingreso a la República Bolivariana de Venezuela de dinero efectivo en dólares, como lo hace U.S.A. de 10.000 dólares máximo sin declarar. Así se controla el circulante controlando la inflación interna a un dígito bajo.
Conclusiones
Como pueden observar los lectores la dolarización no es un proceso fácil, pero es la única llave para acabar con el imperio del valor del dólar en nuestra economía petrolera cuyos ingresos han sido y serán en dólares hasta que aparezca otra divisa que sustituya al dólar como unidad de cambio en el comercio mundial.
Solo dolarizando nuestra economía se controla la inflación a un dígito, y se evita la especulación cambiaria que hemos sufrido desde 1983 aquel triste célebre “Viernes Negro”. Ojalá los ciudadanos economistas y las autoridades del BCV y Ministerio de Finanzas consideren esta propuesta y no la echen al cesto de la basura como a veces sucede cuando se afectan grandes intereses que serían destruidos al operar la dolarización propuesta. El gobierno del Presidente Constitucional Nicolás Maduro pasaría a la historia por acabar súbitamente la inflación y especulación cambiaria al ordenar nuestra economía adaptándola a la unidad monetaria de nuestros ingresos petroleros.
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