Una política coherente y concertada de estimulo a la producción nacional supone definir una tasa de cambio que estimule la actividad manufacturera interna y estimule las exportaciones, en las áreas donde tengamos ventajas competitivas. Al no existir dicha política, se le remplaza por devaluaciones periódicas, que son medidas aisladas y traen como consecuencia un encarecimiento importante de bienes y servicios.
Así vemos que el paso de las importaciones básicas al cambio de Bs 4,30 por dólar implicará un conjunto de ajustes importantes cuyo impacto final sobre los precios dependerá de la estructura de costos de los diferentes productos, lo cual no es responsabilidad de los empresarios, sino de las medidas tardías, erradas y aisladas en materia económica que terminan en nuevas devaluaciones.
El pueblo venezolano debe conocer que en el caso de los alimentos, y el propio gremio sectorial así lo ha señalado a través de un comunicado de prensa, algunas de las materias primas cuyas importaciones se encarecerán son el trigo, aceites vegetales, pasta de tomate, avena, saborizantes, emulsificantes, complejos vitamínicos, leche, azúcar, pulpas de algunas frutas, atún, maíz blanco, entre otros. Muchos de los productos elaborados a partir de estos insumos están bajo el régimen de precios controlados, lo cual ha impedido e impide a las industrias realizar los ajustes necesarios, de manera gradual y equilibrada, para mantener su operatividad y la producción requerida para abastecer el mercado.
Conindustria lamenta que, debido a las erradas políticas económicas que el sector ha venido denunciado reiteradamente a lo largo de los últimos años, la población venezolana se vea sometida a las consecuencias de una cuarta devaluación, con lo que ello representa en el poder adquisitivo y en la calidad de vida, principalmente de los que tienen menos ingresos.
El sector manufacturero nacional reitera que si el país contara con políticas macroeconómicas estables y coordinadas -tal y como obliga
En lugar de esta política de estímulo a la producción, con una tasa cambiaria única y competitiva como propone el sector industrial, nos vemos enfrentados al desmantelamiento sistemático y progresivo de la industria nacional, la continuación de las políticas de tomas de empresas y agresiones a la propiedad privada, que no propiciará las inversiones tan necesarias en el país para incrementar el empleo y combatir el desabastecimiento y que son la causa de las medidas cambiarias anunciadas, que a su vez incrementaran la inflación y el deterioro de la calidad de vida de la población.
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