El presidente Barack Obama delineó un nuevo camino para la nación, al presentar un atrevido plan presupuestario que propone mayores impuestos para los ricos y los primeros pasos hacia un programa de salubridad garantizado a todos los estadounidenses, acompañado por un déficit de 1,75 billones de dólares, que superaría casi cuatro veces al más grande de la historia del país.
Al denunciar la "contabilidad deshonesta" de varios recientes presupuestos federales, Obama presentó su plan de 3,6 billones de dólares para el siguiente año, una propuesta que transferiría la riqueza de los más pudientes a las clases medias y a los pobres, informó AP.
La aprobación de la iniciativa sin cambios de parte del Congreso es casi imposible. El plan está lleno de puntos discutibles, entre ellos una iniciativa para combatir el calentamiento global que obligaría a los consumidores a pagar mayores costos por la energía.
Otras propuestas son contrarias a grupos de interés como las grandes empresas agrícolas, las aseguradoras y las farmacéuticas.
El mandatario culpó por la prevista explosión deficitaria a una "profunda y destructiva" recesión y los recientes esfuerzos para combatirla, incluyendo el paquete de rescate para Wall Street y el recientemente aprobado paquete de estímulo financiero de 787.000 millones de dólares.
El déficit de 1,75 billones de dólares para este año supera en 250.000 millones lo proyectado hace apenas unos días, debido a los nuevos gastos propuestos que emanan del rescate de los bancos y otras instituciones financieras.
Mientras la nación se recupera de su peor crisis financiera en décadas, Obama dijo: "nosotros, cada uno de nosotros, tenemos que hacer sacrificios en torno a ciertas cosas de interés, las cuales simplemente no podemos costear ahora".
En una señal de las batallas por venir, los republicanos se mostraron escépticos sobre que la presidencia de Obama esté rindiendo frutos.
"No podemos emprender con impuestos y gastos el camino hacia la prosperidad", dijo el jefe de la bancada republicana en la Cámara de Representantes, John Boehner. "Ha regresado la era del gran aparato de gobierno y los demócratas les están pidiendo que paguen sus costos".
Obama planea actuar de manera más dinámica con la finalidad de equilibrar el sistema de impuestos, ampliando un descuento de 400 dólares para la mayor parte de los trabajadores, 800 para las parejas, al tiempo de dejar que expire el descuento promulgado por el ex presidente George W. Bush a las parejas con ingresos superiores a los 250.000 dólares anuales.
La propuesta, de 134 páginas, señala que el plan contempla la reducción del déficit a 533.000 millones de dólares, una cantidad más razonable, pero todavía enorme, luego de cinco años. Ello sería todavía mucho mayor que los 455.000 millones de dólares del histórico presupuesto del año pasado.
Además, la deuda nacional sería más de dos veces mayor en la siguiente década, lo cual agravó las preocupaciones de que el aumento en el endeudamiento federal incrementaría las tasas de interés y reduciría el valor del dólar.
Obama ha buscado reducir los desacuerdos sobre el presupuesto invocando cifras mucho más optimistas de las señaladas por los economistas del sector privado, entre ellas una de 3,2% para el próximo año, al hablar del futuro crecimiento económico.
Ya hay cierta resistencia al plan de algunos demócratas, molestos porque reduciría la capacidad de las personas con mayores ingresos de reducir sus impuestos mediante deducciones por intereses hipotecarios, aportaciones para caridad e impuestos locales y estatales.
El incremento en los impuestos tiene como fin reunir 318.000 millones de dólares durante la siguiente década con el fin de financiar en una primera fase el plan de atención universal a la salud de Obama, que es una de sus prioridades.
Los recortes a los programas federales Medicare y Medicaid proporcionarían otros 316.000 millones, pero ello no bastaría para garantizar la cobertura de todos los estadounidenses, y Obama quiere que el Congreso apruebe otros cientos de miles de millones de dólares en fondos para cubrir el resto.
Se ha propuesto reducir los alcances del presupuesto para el Pentágono, que recibiría un aumento de 534.000 millones, 4% sobre los fondos actuales, durante el siguiente año, limitándose todo incremento en los siguientes años hasta 2%.
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