VENEZUELA AMERITA CORREGIR REGLAS DE ARBITRAJE INSTITUCIONAL ANTES DE CELEBRAR CUALQUIER NUEVO PROCESO ELECCIONARIO
Para Benigno Alarcón, director del Centro de Estudios Políticos de la Universidad
Católica Andrés Bello, ante la delicada situación social y económica, que
cataloga de catastrófica, el país tendrá en sus manos decisiones clave por vía
de procesos eleccionarios, pero ello solo será posible corrigiendo ahora mismo
las reglas del arbitraje institucional.
“Frente al deterioro acelerado de las condiciones económicas y sociales de
los venezolanos, y en ausencia de medidas gubernamentales de sentido común para
superar los enormes desequilibrios, es urgente la necesidad para encontrar
soluciones institucionales que detengan la fractura de esta gobernabilidad
precaria, pero eso solo es viable si antes el país también corrige las reglas
del arbitraje institucional”, explicó Alarcón.
El arbitraje de este conflicto político que amenaza hoy la sustentabilidad
misma del Estado pareciera que se aproxima de manera irremediable a un
escenario similar al de 1998. “En aquel escenario la gente apostó a un cambio
radical de actores y de modelo político, dando su apoyo a quien mejor
representaba el espíritu anti-partido que dominaba las tendencias de aquellos
tiempos. Hoy, cuando el modelo económico
y político puesto a prueba durante 17 años ha colapsado ante el peso de su
propia falta de sustentabilidad, es necesario volver a poner en manos de los
ciudadanos el arbitraje entre las tesis políticas y económicas en disputa, lo
que implica la inminencia de procesos de consulta, llámense éstos referéndums o
nuevas elecciones”, dijo.
Pero antes de que cualquiera de estos arbitrajes institucionales se
produzca, “es necesario corregir primero las reglas de tales procesos para no
caer en exabruptos como los que se mantienen al día de hoy, cuando han pasado
dos meses de la elección legislativa y un mes de la instalación de la nueva
Asamblea Nacional sin que hasta tengamos claridad sobre si el Estado Amazonas
tiene o no diputados que le representen”, refirió el director del Centro de
Estudios Políticos.
“Corregir el rumbo implica, antes que nada, que se imponga la racionalidad
y el respeto por la gente, y se abandone el ejercicio irresponsable de una
demagogia suicida con la cual se pretende re polarizar al país en uno de los
momentos más delicados de su existencia. Corregir el rumbo implica retornar a
un arbitraje institucional y responsable que ponga por delante los intereses
colectivos y no los de quienes hoy están más preocupados por mantenerse en el
poder”.
Finalmente precisó que “si aspiramos hoy a soluciones institucionales y
apegadas a la Constitución, es necesario revisar las reglas que se constituirán
en garantías de respeto a la voluntad ciudadana. No hacerlo es poner en riesgo
la existencia misma de la República”.
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